¿Has oído hablar de la Colección Filatélica Real? Es una de las colecciones de sellos más excepcionales del mundo, y la fallecida reina Isabel II era su orgullosa propietaria. La colección empezó como un pasatiempo de su antepasado, Jorge V, y ella se encargaría de esta para ampliarla. Gracias a la monarca, ahora cuenta con reconocimiento internacional.
Los orígenes de la Colección Filatélica Real se remontan a la Inglaterra de mediados del siglo XIX. El hijo de la reina Victoria, el príncipe Alfredo, fue el primer miembro de la realeza británica que coleccionó sellos. Los sellos de correos llevaban circulando solamente unos 25 años por entonces. El primer sello del mundo, el “penny black” (penique negro), se remonta al 6 de mayo de 1840 y presenta el retrato de la madre del príncipe, la reina Victoria. Aunque el príncipe Alfredo empezó como un coleccionista apasionado, más tarde optó por vender sus sellos a su hermano, Eduardo VII. Esta compra no se debió al amor por el coleccionismo; de hecho, Eduardo apenas contribuyó a la colección. Tal vez la compró para presumir, pero en cualquier caso, no tenía pensado añadir nuevos sellos. Este honor se lo pasó a su hijo, Jorge V, que más adelante se convertiría en rey de Inglaterra.
Las Colecciones Filatélicas Reales
Un digno heredero
Jorge se entregó a los sellos con orgullo y puso corazón y alma en la colección. Su fascinación por los sellos no era ningún secreto. En su boda recibió un álbum de sellos con no menos de 1500 sellos. Añadió este álbum a la colección, la cual había logrado expandir en poco tiempo. Jorge compró sellos inusuales siempre que pudo y en una ocasión llegó a pagar 1450 £ por un sello “Mauritius two pence” (Mauricio, dos peniques). Un miembro del personal supo de esta compra, pero solamente lo oyó a medias. Se llevó una sorpresa cuando trató de impresionar al duque con un mordaz comentario: “¡Algún loco estúpido ha llegado a pagar tanto como 1400 £ por un sello!”. Si bien los demás miembros del personal supuestamente le hicieron gestos para que mantuviera la boca cerrada, cuando contaba su historia el rostro del duque se ensombreció. “Yo soy el loco estúpido”, le espetó Jorge.
Los inusuales sellos de Mauricio de dos peniques
Los álbumes reales
La colección se vio favorecida por dos cosas: pasión y dinero, y Jorge tenía mucho de ambas. Una vez le dijo a su consejero filatélico que quería tener la mejor colección, no solamente ‘una de’ las mejores colecciones de toda Inglaterra. Bajo su supervisión, la colección creció de tal manera que, cuando Jorge V murió, constaba de 328 álbumes de sellos. Los llamados Álbumes Rojos conservan aún los sellos que Jorge consiguió adquirir. La Colección Filatélica Real nació y aumentó su tamaño rápido. Después de los Álbumes Rojos de Jorge V vinieron los Álbumes Azules de su hijo Jorge VI, y los Álbumes Verdes de Isabel II, que nos llevan hasta la colección actual de la reina Isabel II.
Uno de los Álbumes Rojos de la Colección Filatélica Real
La aportación de la reina Isabel II
Isabel II hizo sus propias contribuciones a la colección, pero no únicamente expandiéndola. Principalmente tuvo éxito dándole fama a la Colección Filatélica Real exhibiéndola, poniéndola a disposición mediante préstamo y empleándola para acciones benéficas. En 2009 el expresidente francés Sarkozy le dijo que había empezado a coleccionar sellos para tener una imagen más tranquila. La reina le ayudó regalándole varias obras maestras. A pesar de estos regalos, la Colección Filatélica Real sigue siendo la colección de sellos de Gran Bretaña y la Mancomunidad de Naciones más grande y más completa. Una selección de estos sellos se puede ver en el National Postal Museum en Inglaterra.
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