Elaborado por Sander Houdel - Experto en coches clásicos
Si tienes un coche clásico en buen estado, sin duda quieres mantenerlo así. Los coches clásicos son mucho más sensibles a la oxidación, con lo cual es importante evitar conducirlos en las estaciones de otoño e invierno, cuando el tiempo puede ser mucho peor que en primavera y verano. Las temperaturas bajas, la lluvia y la nieve no son buenas para un automóvil antiguo, así que es mejor que guardes tu clásico en un recinto cerrado como un garaje o un aparcamiento para caravanas, donde estará protegido de la intemperie durante unos cuantos meses, a la espera de que haga mejor tiempo. Nuestro experto ha compartido con nosotros unos cuantos consejos para ayudarte a preparar tu coche para tenerlo guardado en invierno y, en última instancia, para que lo preserves durante la estación invernal.
1. Lavar y pulir
El lavado y pulido de un coche son importantes
por dos motivos: coche se limpia y le dan a la pintura una capa protectora. Empieza lavando tu coche con un champú para eliminar toda la suciedad, de manera que puedas pulirlo sin rayarlo. Los excrementos de pájaros y la resina de los arboles picarán la pintura si los dejas, así que lo mejor es limpiarlos antes de guardar tu vehículo durante el invierno.
2. Aluminio y cromo
Las partes de aluminio y cromo, como los parachoques,
las manijas de las puertas y las ruedas, también se pueden oxidar. Trata el cromo con una vaselina sin ácido
o un spray de silicona resistente al agua para darle una capa protectora. Si tu clásico tiene ruedas de aluminio, haz también esto con ellas. Aunque lleven una capa de pintura protectora, los arañazos pueden erosionar y arruinar tus ruedas fácilmente.
3. Arcos de rueda
y chasis
Asegúrate de limpiar los arcos de las ruedas y
también el chasis del coche. Aplica espray sobre la suciedad y la arena con un pulverizador normal.
No uses una manguera de alta presión, ya que la presión del agua puede afectar a la
capa protectora y el agua puede incluso penetrar en los cojinetes de las ruedas y
las juntas de dirección. Después de limpiar el coche, asegúrate de secarlo o, incluso
mejor, condúcelo hasta que se seque. Tómate tu tiempo para dar este paseo, pues un
paseo de 50 kilómetros garantiza que el motor y el tubo de escape alcancen la temperatura en la que los restos de humedad desaparecen. Además, la batería tiene que estar también
completamente cargada. Después de este viaje, puedes guardar tu vehículo de manera segura en el garaje durante el invierno.
4. Puertas y gomas
Lubrica las gomas de las puertas con vaselina o
grasa de silicona para que permanezcan flexibles durante el invierno. Es mejor no cerrar
las puertas completamente, sino más bien dejarlas ligeramente entreabiertas, de manera que las gomas puedan respirar. Al no estar completamente cerrada la puerta, hay ventilación y, lo que es más importante, se evita que las gomas de las puertas se peguen al coche. Haz lo mismo con el maletero y abre un poco las ventanas, de forma que
el coche esté ventilado, y asegúrate de que el cobertizo o garaje donde guardarás tu automóvil también lo esté.
5. Sistema de frenos y embrague
Durante el invierno, mientras tu coche está guardado, pisa los pedales
de freno y de embrague de vez en cuando para que puedan mantener su flexibilidad
y para evitar que se queden pegados. No utilices el freno de mano; en su lugar pon la primera. De lo contrario,
las zapatas de freno se oxidarán en el disco de freno.
6. Sistema de refrigeración
El líquido refrigerante de tu coche lo protege hasta una temperatura de -25°C. Las capacidades de limpieza y conservación del líquido disminuirán con el tiempo, por lo que se recomienda cambiar el refrigerante cada tres años. Cámbialo antes de guardar el coche durante el invierno para garantizar su protección cuando haya temperaturas bajas.
7. Depósito de combustible
Todo metal en contacto con el aire puede oxidarse; esto también se aplica a los depósitos de combustible. Asegúrate de llenarlo antes de guardar tu coche para que el depósito de combustible esté protegido frente al óxido.
8. Motor
Después de una temporada de diversión conduciendo
tu coche clásico, habrá ciertos tipos de suciedad en el motor que pueden causar oxidación en él. Para una buena lubricación,
el aceite del motor debería cambiarse al menos una vez al año. Es muy recomendable cambiar el aceite antes de
guardar el coche durante el invierno. Puedes hacerlo antes del último paseo de
la temporada, cuando el aceite está lo suficientemente caliente para cambiarlo.
9. Batería
Es preferible retirar la batería del
coche cuando tu preciosidad está a buen recaudo en un lugar seco y fresco, pero también hay que desconectarla. Puedes mantener la batería en perfectas condiciones cargándola
en invierno con un cargador de carga lenta. Después de cargarla por completo, déjala que se descargue antes de cargarla de nuevo.
10. Neumáticos
Cuando sacas tu coche el primer día
de sol de la primavera, no vas a salir con unos neumáticos poco firmes. Como el coche
ha permanecido unos cuantos meses en una misma posición, es probable que los neumáticos hayan perdido algo de aire. Así que
asegúrate de inflarlos hasta un mínimo de 3 bar de presión cuando guardes el coche. También puedes poner tu automóvil sobre unas borriquetas, que es mejor para
los cojinetes de las ruedas porque se elimina la presión. Mover regularmente tu coche un poco es también una posibilidad.
Con estos consejos puedes guardar tu coche clásico de forma segura y conservarlo en óptimas condiciones durante la temporada invernal. Si todavía estás buscando un clásico, echa un vistazo a nuestras subastas de coches clásicos y coches clásicos modernos para encontrar una selección de los mejores clásicos, clásicos de culto y otros grandes iconos del mercado. Si prefieres vender tu clásico en vez de guardarlo este invierno, también es una opción. No tienes más que registrarte aquí para convertirte en vendedor y poner tu coche a subasta hoy mismo.