Escrito por Tom | 29 de octubre de 2019 | 9 de mayo de 2023
El mundo del interiorismo nunca está falto de estilos, y esta semana nos fijamos en el que denominamos maximalismo ecléctico. Sigue leyendo para conocer esta atrevida estética y para saber cómo puedes recrearla en tu hogar.
¿Qué es el maximalismo ecléctico?
En síntesis, el maximalismo ecléctico va de viveza, atrevimiento y sumar elementos. Piensa en paredes de colores cálidos y profundos en tonos que tradicionalmente se han evitado (¿qué tal un verde azulado, el burdeos o el color mandarina?), adornadas con una serie de obras gráficas artísticas con unos marcos decorados. Podemos encontrar clásicos muebles de diseño de mediados del siglo pasado animados y complementados por cojines y mantas estampados, pugnando por el espacio junto con lámparas de pie esculpidas .
Pero no confundas el contraste y el choque con el caos; el maximalismo ecléctico es un estilo que se organiza de forma consciente y cuidadosa. También se beneficia de un caos organizado. Recurre a un armario o vestidor para ejemplificar lo que hace que el estilo maximalista sea tan atractivo: no hay mejor manera de sacar todas tus piezas especiales que mostrándolas en una vitrina de una forma similar a un museo, haciendo así que cualquiera se detenga para mirarlas.
Deja que tus objetos tomen la iniciativa y exhíbelos (apropiándose del espacio).
Te gustará si...
Te va el “más es más”. No tienes miedo a los colores y tiendes a acumular todo tipo de objetos tras pasar un día en un mercadillo de segunda mano en tu ciudad. Y, quizá lo más importante, no te da miedo arriesgar.
Colores que contrastan, como cobre, rojo quemado, verde descolorido y oro rosa para impactar.
¿Qué piezas esenciales necesitarás? Lámparas escultóricas
La iluminación da forma al estado de ánimo de una estancia, y las lámparas son una excelente manera de fragmentar un espacio, crear capas y añadir algo de fantasía donde uno menos se lo espera. Las lámparas-escultura son algo esencial en este estilo. Fabricadas con todo tipo de formas y tamaños sin perder nunca el atractivo, estas lámparas son perfectas para los amantes del interiorismo que se decanten por opciones decorativas más exuberantes.
Puedes elegir entre lámparas colgantes, de pie o de sobremesa, en función de cómo prefieras iluminar tu espacio. La lámpara de pie Flos Arco, con su largo y esbelto cuello curvo, es estupenda para aportar algo de altura y dramatismo a una habitación. Quienes busquen un poco más de pompa y grandilocuencia pueden invertir en clásicos del diseño, como la lámpara de techo PH Artichoke de Louis Poulsen o la lámpara colgante PH4/3, para añadir algo de seriedad a un espacio. Una alternativa a ellas son las lámparas de sobremesa con tonos potentes que pueden ayudar no solo a fragmentar el color de una habitación, sino también a aportar luz con un pequeño extra de calidez.
Clásicos de los años 70 y 80
Al igual que en el maximalismo ecléctico, los muebles de las décadas de 1970 y 1980 tampoco huían del color. Recupera parte de ese espíritu y afina tus tendencias maximalistas con unas pocas piezas clásicas. Unos sofás bajos de colores vivos, como naranja quemado y mostaza, o sillas danesas de respaldo alto con cojines con estampados espirales de los 70 son un maravilloso choque de colores y contrastes.
Prueba con una consola larga que ofrezca una superficie, un mueble de centro e incluso un lugar para almacenamiento en una sala de estar. Opta por marcos oscuros de madera y telas estampadas (con motivos florales o animales a modo de guiño a los años 80) en los muebles para mezclar y combinar las dos épocas. Y no te olvides tampoco de amontonar cojines en tu sofá.
Arte e instalaciones a gran escala
Otro aspecto clave del maximalismo ecléctico es la presencia de arte, preferiblemente en abundancia u en forma de obras grandes. Ya sea con una pieza independiente o empleando una pared a modo de galería, una variedad de marcos grandes y pequeños contribuirá a exagerar tus paredes y ventanas, y capturar con ello la gran sensación que da el maximalismo ecléctico.
Y, aún mejor, cuelga las obras sobre un atrevido papel pintado —motivos geométricos dorados estarcidos e intensos colores primarios—, lo que contribuirá a resaltar el color de las obras de arte. Y si tienes espacio y presupuesto, invierte en una lámpara de araña que ayude a enmarcar las obras de arte y les aporte una sensación de grandeza.
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